Te despiertas con los rayos de sol acariciando tu cara después de la primera noche en la Ciudad Eterna…mientras tomas las primeras bocanadas de aire fresco en Italia, emocionado y ansioso de comenzar tu día y recorrer la ciudad, notas que tienes un poco de hambre. Por supuesto, un día lleno de emociones requiere un desayuno de campeones, así que es hora de levantarse de la cama e ¡ir a desayunar!
Mmmmh cappuccino…Los baristas italianos son auténticos artistas, ¡alimentad la vista y el estómago!
En Alemania decimos “donde fueres haz lo que vieres”. Crecí en Alemania y también viví durante un largo periodo en Estados Unidos, por lo que para mí el desayuno italiano era algo completamente inusual. De hecho, cuando me propusieron ir a desayunar a un “bar”, mi cara debió transformarse. Más adelante me explicaron que por “bar” los italianos entienden “cafetería” y no a un “bar”, que en inglés sería un “pub”.
Así que nos dirigimos al bar, donde me esperaba el tan ansiado desayuno italiano – al fin y al cabo, es mi comida del día favorita. El bar, que parecía más bien un agujero cavado en la pared con un aspecto más bien degradado, me sorprendió en todos los sentidos al simplemente abrir la puerta: gente gritando, riendo, un ambiente impregnado de olor a café y azúcar, y una ola de calor que nos invitó a entrar.
El barista para nada se parecía al tipo de la famosa marca de café americana. Vestido con una especie de uniforme, servía con una cierta elegancia mientras parecía ajeno al jaleo y el alboroto a su alrededor, producido sobre todo por la enorme máquina de café, que emitía pequeños silbidos, nubes de vapor y finalmente, el oro negro italiano: el auténtico Espresso.
Un espresso professional hecho por un profesional italiano del espresso
Durante un largo tiempo, mis ojos se dedicaron a observar la vitrina donde se mostraban deliciosos pasteles, bollos rellenos de chocolate, de crema pastelera, mermeladas de albaricoques, cereza y frutas del bosque, glaseadas con azúcar. Antes de que pudiese pedir (imaginaros mi decepción cuando me tuve que marchar), aprendí mi segunda lección del día: en Italia primero se paga y después se pide. Hicimos obedientemente la cola para pagar (due cappuccino e due cornetti – dos capuchinos y dos cruasanes) para después ir a luchar por un hueco en la barra para pedir. ¿Un secreto? Poned 10 céntimos sobre el recibo y os servirán antes.
Un espresso recién hecho y un cruazán azucarado…¡es la hora del desayuno!
Los italianos normalmente desayunan de pie en el bar debajo de su casa por dos motivos: 1) Saben que no tienen tiempo que perder, ya que cada día tienen que enfrentarse a una cantidad de tráfico tremenda donde quiera que vayan. 2) Sentarse a desayunar cuesta al menos 2€ por persona, según el bar (sobre todo en el caso de restaurantes y heladerías) – ¡prepararos para ser perseguidos si queréis sentaros!
Bueno, ahora que sabéis la información básica, estáis listos para vuestra primera experiencia. Cerca de todos nuestros apartamentos encontrarás al menos un bar donde tomar un desayuno fabuloso, y recuerda, los bares más llenos son los mejores.
Si por el contrario prefieres desayunar en casa, podemos hacer la compra por vosotros. ¡Enviadnos vuestra lista de la compra y os daremos un presupuesto!
Dónde hospedarse cerca los mejores bar de Roma:
Apartamento de vacaciones «Altemps», Plaza Navona (Roma)
